Uno de los misterios más apasionantes de la biologia moderna es desvelar cuál de los cinco sentidos -la vista, el oído, el gusto, el tacto y el olfato- apareció en primer lugar. De ellos, los dos más antiguos son, según los expertos, la vista y el gusto. Para que un ser vivo experimente cualquiera de estos dos sentidos necesita un receptor de la señal y un dispositivo que la transmita hacia el sistema nervioso central. Ahora bien, lo que distingue al gusto de la visión es el tipo o la naturaleza de la señal. Mientras que en el primer caso es química, pues se trata de moléculas que activan los receptores -especie de porteros celulares- gustativos, en la visión la señal es física, ya que lo que perciben los receptores del ojo no son otra cosa que fotones del espectro luminoso.
Dicho esto, algunos expertos apuestan por el gusto, como el candidato para convertirse en el sentido ancestral, ya que éste permitía a los primeros microorganismos unicelulares comunicarse y realizar intercambios con el entorno a través de receptores situados en su membrana. Una ulterior mutación de estos porteros moleculares hizo posible que la célula reaccionara a esímmulos luminosos. Esto está aún por ver.
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